.CONQUISTA DE POBLADOS
INDIGENAS DEL CONTORNO
Soatá. Fundada el 10 de diciembre de 1545 por
Juan Rodríguez Parra.
En el lugar donde hoy se ubica la ciudad de Soatá, encontró Hernán Pérez de
Quesada y su expedición militar al regreso, de Tequia a Santafé de Bogotá, el núcleo
de bohíos del cacique Soatá, quien además ejercía dominio en los territorios de los caciques Chicamocha, Boavita y Susacón.
Carcasí. Erigida parroquia el 23 de marzo de 1633.
En tiempos prehispánicos el territorio de Carcasí habitado por indios
Laches o Tunebos limitaba por el norte con territorio chitarero, que más tarde
pertenecería a la ciudad de Concepción. Por el occidente limitaba con los
territorios, también chitareros, de Tequia y Chicamocha.
Por el sur limitaba con el territorio muisca del cacique Boavita y por el
oriente con tribus caribes de los Llanos Orientales. Durante la conquista española, el
adoctrinamiento de estos indios fue entregado a los evangelizadores de los
indios Guaravitas y Guacamayas, cercanos y también de la etnia Lache.
Tequia
En 1541 fue descubierta por la expedición militar del conquistador español
Hernán Pérez de Quesada.
En 1542 Gerónimo de Aguayo fundó en sus predios la ciudad de Málaga y
adjudicó los indios tequianos y su territorio a esta nueva ciudad.
En 1543 el gobernador de Santa Martha, Alonso Luis de Lugo abolió la
ciudad. El territorio y sus pobladores regresaron a la jurisdicción de Tunja,
encomendados a Juan Rodríguez Parra, quien recibió además las estancias de
Valero y las encomiendas Chicamocha y Viracusa.
A la muerte de Juan Rodríguez Parra, los territorios e indios de sus encomiendas fueron
transferidas primero a su viuda Catalina López y luego a su segundo esposo
Antonio Enciso
.
Capitanejo. Erigida en parroquia en 1645 por Cristóbal
de Torres.
CONQUISTA (1537-1542)
1537. El piquete de 50 infantes y 20 jinetes al
mando del capitán Hernán Pérez de Quesada, que venía de Chita con la misión rápida de saquear el templo de Servitá, encontró un rancherío de indios en
la margen oriental del rio Chicamocha [1] en un valle estrecho entre las
desembocaduras al rio Chicamocha de los ríos Nevado y Servitá.
Hacían parte del grupo de soldados españoles el capitán Gerónimo de Aguayo y el sargento Juan
Rodríguez Parra. Este rancherío y sus alrededores estaban gobernados por el
cacique chitarero Chicamocha, subordinado al cacique muisca Soatá, quien a su
vez obedecía al cacique muisca Tundama y éste al zaque muisca de Tunja.
Para cruzar el rio Chicamocha y continuar el camino hacia Tequia, los
infantes del grupo usaron la cuerda o cabuya administrada por los indios,
mientras los jinetes pasaron por unos de los sitios del valle donde el rio se
extendía y ofrecía poca profundidad.
Hernán Pérez y sus hombres encontraron al cacique de Tequia y su cercado,
pero no obtuvieron ninguna información del templo de Tequia. Ante la pobreza de los indios que habitaban esta región, concluyeron que aunque el templo
existiera, no encontrarían en él, objetos muy valiosos y decidieron regresar a
Santafé de Bogotá.
Para el regreso usaron el mismo camino de llegada desde Tequia hasta el
rancherío Chicamocha, allí los indios guías y cargueros aconsejaron continuar
por el camino de la margen occidental del rio. Esto les permitió conquistar los
rancheríos de Soatá, Susacón y Cerinza y llegar a Duitama. Los indios de estos
rancheríos atemorizados ante el paso del piquete de soldados españoles se
escondían y no opusieron ninguna resistencia.
A su regreso a Santafé de Bogotá Hernán Pérez de Quesada recomendó a su hermano
Gonzalo Jiménez de Quesada fundar una ciudad cerca al cacicazgo de Tequia, para
consolidar los territorios intermedios conquistados entre Tequia y Duitama y
encontrar el templo de Servitá y las minas de oro cercanas de las que hablaban los indios de la región.
1542. El Cabildo de Tunja comisionó al capitán
Jerónimo de Aguayo para ir a fundar la ciudad de Málaga en las cercanía de
Tequia y entregar repartimientos [2]de tierra a españoles en los poblados intermedios entre Cerinza y Tequia.
Jerónimo de Aguayo con un piquete similar de soldados españoles e indios
volvió a pasar por el rancherío de indios Chicamocha con destino a Tequia a
fundar la ciudad de Málaga en una planicie cercana.
El nombre de Málaga fue ordenado por el capitán Gonzalo Suarez Rendón, Justicia Mayor de la provincia de Tunja, en recuerdo a su ciudad natal en España.
Los territorios de Tequia y de los rancheríos de indios circunvecinos, como
Carcasí, Chicamocha y Soatá, fueron entregados bajo el nombre de encomienda de
Tequia al sargento español Juan Rodríguez Parra, integrante de las dos expediciones militares que
habían venido a Tequia, primero al mando del capitán Hernán Pérez de Quesada, y
luego al mando del capitán Jerónimo de Aguayo. El sargento Juan Rodríguez Parra
y el soldado Miguel Sánchez Llerena habían sido los dos españoles responsables
del saqueo e incendio del templo de Sogamoso cinco años antes.
COLONIZACION (1543-1810)
1537. El piquete de 50 infantes y 20 jinetes al
mando del capitán Hernán Pérez de Quesada, que venía de Chita con la misión rápida de saquear el templo de Servitá, encontró un rancherío de indios en
la margen oriental del rio Chicamocha [1] en un valle estrecho entre las
desembocaduras al rio Chicamocha de los ríos Nevado y Servitá.
Hacían parte del grupo de soldados españoles el capitán Gerónimo de Aguayo y el sargento Juan
Rodríguez Parra. Este rancherío y sus alrededores estaban gobernados por el
cacique chitarero Chicamocha, subordinado al cacique muisca Soatá, quien a su
vez obedecía al cacique muisca Tundama y éste al zaque muisca de Tunja.
Para cruzar el rio Chicamocha y continuar el camino hacia Tequia, los
infantes del grupo usaron la cuerda o cabuya administrada por los indios,
mientras los jinetes pasaron por unos de los sitios del valle donde el rio se
extendía y ofrecía poca profundidad.
Hernán Pérez y sus hombres encontraron al cacique de Tequia y su cercado,
pero no obtuvieron ninguna información del templo de Tequia. Ante la pobreza de los indios que habitaban esta región, concluyeron que aunque el templo
existiera, no encontrarían en él, objetos muy valiosos y decidieron regresar a
Santafé de Bogotá.
Para el regreso usaron el mismo camino de llegada desde Tequia hasta el
rancherío Chicamocha, allí los indios guías y cargueros aconsejaron continuar
por el camino de la margen occidental del rio. Esto les permitió conquistar los
rancheríos de Soatá, Susacón y Cerinza y llegar a Duitama. Los indios de estos
rancheríos atemorizados ante el paso del piquete de soldados españoles se
escondían y no opusieron ninguna resistencia.
A su regreso a Santafé de Bogotá Hernán Pérez de Quesada recomendó a su hermano
Gonzalo Jiménez de Quesada fundar una ciudad cerca al cacicazgo de Tequia, para
consolidar los territorios intermedios conquistados entre Tequia y Duitama y
encontrar el templo de Servitá y las minas de oro cercanas de las que hablaban los indios de la región.
1542. El Cabildo de Tunja comisionó al capitán
Jerónimo de Aguayo para ir a fundar la ciudad de Málaga en las cercanía de
Tequia y entregar repartimientos [2]de tierra a españoles en los poblados intermedios entre Cerinza y Tequia.
Jerónimo de Aguayo con un piquete similar de soldados españoles e indios
volvió a pasar por el rancherío de indios Chicamocha con destino a Tequia a
fundar la ciudad de Málaga en una planicie cercana.
El nombre de Málaga fue ordenado por el capitán Gonzalo Suarez Rendón, Justicia Mayor de la provincia de Tunja, en recuerdo a su ciudad natal en España.
Los territorios de Tequia y de los rancheríos de indios circunvecinos, como
Carcasí, Chicamocha y Soatá, fueron entregados bajo el nombre de encomienda de
Tequia al sargento español Juan Rodríguez Parra, integrante de las dos expediciones militares que
habían venido a Tequia, primero al mando del capitán Hernán Pérez de Quesada, y
luego al mando del capitán Jerónimo de Aguayo. El sargento Juan Rodríguez Parra
y el soldado Miguel Sánchez Llerena habían sido los dos españoles responsables
del saqueo e incendio del templo de Sogamoso cinco años antes.
COLONIZACION (1543-1810)
El cacicazgo Chicamocha continuó durante unos 40 años bajo el mando de sus
propios caciques, pero supeditados a las ordenes del encomendero Juan Rodríguez
Parra. La cabuya continuó siendo el puente primitivo para cruzar el rio
Chicamocha, administrado por los indios del cacicazgo Chicamocha. Por allí
cruzaron el rio comerciantes de las tres familias indígenas Muiscas, Laches y
Chitareros que confluían en este territorio. Además los conquistadores y
colonizadores de esta región.
1583. Se oficializó la congregación de indios en
el pueblo Chicamocha.
1600. Juan de Borja, presidente del Nuevo Reino
de Granada, otorgo a tres inmigrantes canarios el repartimiento de tierras que
fue llamado el Capitanejo. Ellos fueron el capitán Bartolomé Aguilar, el cura
doctrinero Juan Bautista García y el sobrino de ambos Cristóbal Verde Aguilar.
Estos tres colonizadores españoles organizaron su estancia con casa y cultivos,
cerca al rancherío de indios Chicamocha y la llamaron, el Capitanejo, apodo con
que los amigos nombraban al capitán Bartolomé Aguilar.
En la estancia implantaron el cultivo de la caña de azúcar, montaron trapiche,
sembraron pastos y trajeron ganado. En el caserío de los indios Chicamocha,
situado dentro del repartimiento, construyeron la capilla doctrinera.
1623. El arzobispo de Santafé, Bernardino de
Almasa, en su visita a la región, desde Boavita ascendió el repartimiento del
Capitanejo a capellanía o vice parroquia, subordinada a la parroquia de
Carcasí, administrada por los curas dominicos y sostenida por las haciendas del
Capitanejo, del capitán Bernardo Aguilar y Balagula de don Miguel Palencia.
1643. Desde Carcasí fue trasladado como cura
doctrinero del pueblo de indios Chicamocha Fray Tomas López.
1644. Los vecinos de la hacienda el Capitanejo y
de treinta casas de sus alrededores, en acuerdo con el cura Fray Tomas López,
solicitaron al arzobispo de Santafé el ascenso de la capellanía o vice
parroquia de Capitanejo a parroquia de San Bartolomé, llamada así en nombre de
su fundador el capitán Bartolomé Aguilar, e independiente de la parroquia de
Carcasí. Para ellos se comprometían al pago de derechos, servicios y primicias
correspondientes. Entre otros la solicitud estaba firmada por Cristóbal Verde
Aguilar, Gabriel Velasco, Jacinto Ríos, Miguel Duarte y Salvador Torres.
1645. El arzobispo de Santafé de Bogotá
Cristóbal de Torres ascendió la vice parroquia el Capitanejo a parroquia,
independiente de la de Carcasí.
1655. A la muerte del capitán Bartolomé Aguilar los curas dominicos se apropiaron por remate
las tierras de la hacienda el Capitanejo, hipotecadas a ellos como garantía por
la prestación de sus servicios religiosos.
1685. Los curas dominicos vendieron las tierras
de el Capitanejo a Salvador Arguello.
1695. La parroquia de San Bartolomé de
Capitanejo a cargo de fray Andrés Velasco, fue visitada por el cura doctrinero
del pueblo de indios Guane, Diego de Astorga y Velasco. En el informe de su visita describió así el estado de esta parroquia:
El pueblo de indios Chicamocha está
desaparecido. La iglesia está reducida a una ramada cubierta a retazos con paja de caña, un
promontorio de tierra y piedra que sirve de pila bautismal, un altar de tierra
pisada sin manteles, un cajón de madera pintado de dorado como sagrario, dos retablos, uno de Cristo y otro
de la Virgen del Rosario y una hechura de Santa Lucía. No hay libros sacramentales y solo algunos ornamentos.
1705. Como resultado de otra
visita la parroquia de San Bartolomé de Capitanejo contaba con el siguiente inventario según su cura doctrinero fray Lorenzo de Cárdenas:
Construcción de dos tramos, capilla mayor
y sacristía. Dos aras una para el altar mayor y otra para el sagrario que está
viejo pero dorado y en buen estado. Custodia, cáliz, patena y pez en plata. Manteles y ornamentos. Imágenes y bultos de Cristo y de San Bartolomé y algunos cuadros. Sin embargo
la situación del curato de Capitanejo no ha mejorado.
1750. Por voluntad testamentaria de Salvador
Arguello, las estancias de la capellanía de los dominicos en Capitanejo pasó a
manos del cura José Javier Leal. Por ser el cura Leal secular y no dominico, el
convento de dominicos de Tunja reclamó el derecho a estas posesiones.
1757. Los dominicos tomaron nuevamente posesión
de las estancias vendidas por ellos mismos a Arguello, y de otras cinco
estancias en el pueblo de Capitanejo y en Guaravitevas. Sin embargo el
corregidor de Tunja restituyó sus posesiones al cura Leal.
1778. Cuando oficiaba como cura fray Domingo
Escobar, el informe del visitador Moreno y Escandón afirmó que la población de Capitanejo estaba compuesta por 110 familias de vecinos miserables.
1781. A la muerte del cura Domingo Escobar los dominicos desistieron del obstinado interés por el curato de Capitanejo y se retiraron. El entonces arzobispo de Santafé,
Caballero y Góngora, a solicitud de algunos vecinos, ascendió la capellanía de
San Bartolomé de Capitanejo a viceparroquia adscrita a la parroquia de Carcasí,
puso la capilla empañetada y empajisa
da
a disposición de la jurisdicción ordinaria eclesiástica y nombró al cura
secular Gonzalo Niño como interino de la parroquia. Fueron 24 los principales
promotores de la solicitud de secularización de los bienes de los dominicos en la parroquia de San Bartolomé de Capitanejo, quienes
respaldados por la iglesia secular firmaron la solicitud.
Ellos constituyen los primeros españoles, cabeza de familia, que iniciaron la
colonización de Capitanejo.
Aguilar
Cristóbal. Aguilar Juan. Álvarez Carlos. Álvarez Juan Narciso. Cárdenas
Hermenegildo. Barón Juan. Basto Diego. Basto Juan Agustín. Basto Thomas. Garza
Mateo. Gélvez José. Heredia Prudencio. Hernández Dionisio. Hernández José.
Hernández Nicolás. Lozano Juan Alberto. Obando Ignacio. Ovalle Matías. Palencia
Pedro. Pérez Salvador. Quintero Dionisio. Quintero Luis Martin. Ramírez Lorenzo. Sánchez Miguel.
1782. El arzobispo designó en reemplazo del cura
interino Gonzalo Niño, al dominico Juan de Dios Torres como cura titular de la
viceparroquia.
1804. Los vecinos de Capitanejo por iniciativa
de Isidro Acevedo, Narciso Álvarez y Miguel Barón, lograron el ascenso
definitivo a parroquia con el cura Bartolomé Ponce de León como primer párroco.
1806. El párroco Bartolomé Poncio de León
oficializó la separación de la parroquia de San Bartolomé de Capitanejo de la
de Carcasí y la anexión de las veredas Gorguta, Ovejeras y Juntas de Macaravita,
y de las veredas de Pizarral, Tapias y Noguteva de Soatá a la flamante
parroquia de Capitanejo.
[1] Chicamocha: nuestros, tierra,
calor, hombres. Nuestros hombres de tierra caliente.
[2] Repartimiento: instrumento colonial de apropiación de tierras a españoles,
con derecho a un determinado número de indios esclavos para el trabajo de
tierras o minas, y de servicios domésticos y personales.
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